Saramago. Monsiváis. ¡Gracias!
No creo que nadie de “fuera” de nuestro país pueda juzgar la corrupción y la consiguiente impunidad de México como nosotros mismos.
La vivimos, la sufrimos… y, muchas veces, somos parte de ella.
Sin embargo, estamos en espera de que venga alguien de afuera para liderar nuestro país y nos libre de este mal enraizado.
Hemos vivido en una cultura, que hemos aceptado, en donde cada vez oímos más: “Así es la Política”, “Así son los candidatos”, “Así es el Gobierno”.
Pero también escucho muchísimo: “Así son los empresarios”, “Así son los medios”, “Así son los sindicatos”, “Así es el pueblo”,… “¡Así somos TODOS!”
¡Aceptamos que así pueden ser las cosas! ¡Declaramos que así son! Y, lamentablemente así serán si no sabemos decir que NO.
El periódico la Jornada, en un reciente Editorial, menciona que “…La actual administración federal heredó del gobierno foxista un cúmulo de asuntos relacionados con escándalos que involucran a funcionarios de todos los niveles, que no han sido resueltos. Tales escándalos, a su vez, forman parte de la inveterada cadena de corruptelas que ha marcado la historia del país en las últimas décadas. …cabría esperar que las declaraciones de cero tolerancia con la corrupción que ensalza Martínez Cázares se hagan efectivas.
Sin embargo, el propio secretario de la Función Pública admitió que los esfuerzos de la dependencia a su cargo resultarán inútiles si la lucha por abatir la corrupción… no incluye la participación de otras instancias gubernamentales, como el Poder Judicial de la Federación y la Procuraduría General de la República. Al respecto, el funcionario instó a los tribunales “a que cumplan su tarea en el combate a la corrupción”.
¡Pero nadie cree que vaya a pasar algo! Y un botón para muestra, solamente:
Cuando TODOS los partidos en el Senado –excepto el PAN- votaron porque se solicitara la destitución del Secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, por el daño hecho a la economía de México introduciendo, primero, trecientas cincuenta mil toneladas de azúcar y, a inicios de la zafra 2009-2010, otras doscientas cincuenta mil toneladas más, arguyendo que no habría suficiente “dulce” en México –en una clara mentira, ya que habían introducido también setecientas mil toneladas de alta fructuosa con lo que se consolidaba la demanda de edulcorantes- la gente dijo:
“NO va a pasar nada”.
Y así, con esa actitud,… ¡No va a pasar nada!
Cuando se llega a este nivel, estamos a un paso de un enorme abismo que sólo una enorme crisis puede resolver.
Sí, un cambio de rumbo, un golpe de timón, un acto abrupto,…
Otro ejemplo: En los recientes acontecimientos, que fueron un escándalo nacional, sobre las grabaciones que se realizaron al Gobernador de Veracruz, hay dos vertientes que deben ser analizadas y, en su caso, estrictamente sancionadas:
Primero es el acto delictivo de quien grabó las conversaciones.
Porque puedes estar muy contento o muy molesto por ellas, pero lo que es un hecho es que eso se constituye en un delito. Fidel ya denunció y les puso nombre y apellido.
Pero, realmente, ¿Quién pudo haberlo cometido?: ¿La oposición? ¿Hubo “fuego amigo”? ¿Empleados del Gobierno estatal?
¡Pues la JUSTICIA debe de aplicarse estrictamente con cero tolerancia y sancionar a quienes están faltando a ella!
Por otra parte, es también la JUSTICIA la que debe de aclarar si se tienen los elementos para hacer valer las denuncias presentadas, tanto de manera formal como mediática, por la oposición, para sancionar al ejecutivo estatal y los candidatos por desvío de recursos, principalmente, y por rebasar los topes de campaña.
¿Va a pasar algo?
¡No sé, pero ese algo debe ser una acción que nos de la CONFIANZA de que no estamos a merced de la CORRUPCIÓN y de la IMPUNIDAD!
Porque, mueren personas asesinadas y queremos creer que fue porque algo malo hicieron, pero esa no es la JUSTICIA. Si algo hicieron, debe aplicarse la Ley, pero si no hicieron nada, ¿Qué está pasando en México?
…México se nos está yendo de las manos.
Al gobierno, a los políticos, a los tribunales de justicia, a los tribunales electorales,… y a nosotros, que nos quedamos callados. Que aceptamos que lo que sucede es posible, es normal, es como puede ser… ¡Y así está siendo!
Corrupción e impunidad son una mezcla explosiva que daña a México y a nosotros mismos. Las hemos dejado hermanarse, las hemos dejado crecer.
Estas derivan en desconfianza, pérdida de recursos económicos para los más necesitados, pérdida de capital para el desarrollo económico sustentable, pérdida de certidumbre para reinvertir en nuestro país, pérdida de competitividad para atraer inversiones y capital foráneo,… ¡Pérdida de vidas!
Esto nos llevará a la anarquía, si no actuamos como un solo cuerpo, como una sola voz y una sola acción, porque se acentuará lo que ya vivimos: Una crisis de credibilidad en nuestras instituciones pero, peor aún, en nosotros mismos.
Nos llenamos la boca al decir que: En México no pasa nada.
Y sí, así es: Sentimos que no pasa nada bueno…
¡Y está pasando sólo lo que dejamos que suceda!
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